Baltazar Hotel

Nuestras reseñas

El Hotel Baltazar, una adición relativamente nueva al lado de Buda del Danubio, ya parece ser un gran hallazgo. El hotel está situado justo detrás del Bastión de los Pescadores dentro del antiguo fuerte del castillo; una base perfecta para explorar el histórico Budapest con sus sinuosas y empedradas callejuelas y encantadores pequeños cafés repletos de gulash y cervezas artesanales locales. Disfruta de una comida relajada en la terraza del hotel con vistas a una hermosa placita. La terraza está bien decorada con luces de hadas y abundantes arbustos verdes. El menú ofrece una interesante mezcla de platos tradicionales húngaros (sopa de gulash seguida de lucio con patatas al perejil) y una selección de estilo fusión más moderna de la parrilla. Los camareros son amables y atentos. Hay once habitaciones temáticas individuales de arte. La nuestra tenía papel tapiz adornado con libros y una obra de arte sobre el cabecero que se burlaba cómicamente de una obra de la era del Renacimiento; un matrimonio ecléctico de lo viejo y lo nuevo. Tonos de blanco, beige y marrón suavizaban la vista después del brillante sol de verano, complementados por la efectiva iluminación ambiental y el baño de planta abierta. La ducha abierta tipo walk-in fue sin duda una adición divertida y los productos de L'Occitane fueron un bonito detalle, junto con el secador de pelo y otras comodidades. La habitación no era enormemente espaciosa, pero ciertamente no fue un inconveniente. Abajo, por el contrario, el bar, el restaurante y las áreas de recepción presumen de interiores elegantes; audaces contrastes de negro y rojo, cuero y brillo destilan estilo y modernidad, bastante distintos del confort que se encuentra arriba. Debe añadirse que el menú de cócteles no debe pasarse por alto, con algunas alternativas interesantes a los sospechosos habituales. El Baltazar debería estar en lo alto de la lista para aquellos que buscan un hotel romántico, tranquilo y chic en un elegante enclave de Buda.

Poppy Harris