Casa de Isabella

Nuestras reseñas

Lo que impacta a cualquier visitante de este encantador hotel boutique es su decoración colorida y llamativa. Mire a su alrededor y verá un conjunto de cojines brillantes, un dramático suelo de azulejos moriscos, un mural exuberante y paredes pintadas con colores del arcoíris — desde el lila del exterior hasta el alegre naranja, amarillo y magenta en el interior. Puede que no funcione en climas más fríos, pero la llamativa decoración se adapta perfectamente al sol colombiano.

En la planta baja hay un pequeño pero bien surtido bar con una cómoda área de descanso y un tranquilo jardín en el patio lleno de árboles y exuberantes plantas exóticas. Tanto aquí como en las habitaciones, los colores vibrantes se compensan con madera natural: enormes puertas pesadas, contraventanas y muebles de estilo colonial tradicional. Algunas piezas han sido talladas por artesanos locales; otras son antigüedades restauradas.

No solo las diez habitaciones son hermosas, sino que están notablemente bien equipadas. Cuentan con aire acondicionado, neveras, televisores LCD, camas con colchones de espuma viscoelástica y sábanas de algodón egipcio, además de baños modernos e impecables. Encontrarás todo lo que necesitas y más, como iPads de cortesía y tratamientos de masaje en la habitación. Hay una gran variedad de restaurantes cercanos, pero si no quieres salir, está disponible el servicio de habitaciones las 24 horas. Los excelentes desayunos incluyen abundante fruta fresca y siempre populares panqueques.

Relájate en una tumbona, si hace demasiado calor para hacer turismo, y date un chapuzón en la pequeña piscina. Los precios son tan asequibles que podrías considerar darte un lujo y reservar una de las suites con su propia piscina de inmersión en la azotea y área para tomar el sol.

Leonie Glass