Claridge's

Nuestras reseñas

Camina a través de las puertas giratorias, sube los escalones de mármol y serás recibido por el cálido bullicio de actividad y disfrute. No es difícil ver por qué Claridge's sigue siendo el hotel preferido para quienes buscan algo especial al alojarse en Londres. Aquí no hay nada anticuado o sofocante. Claro, el personal está ansioso por complacer (después de todo, para eso están), pero no hay nada servil, solo un buen servicio a la antigua. El vestíbulo es una delicia para pararse y maravillarse si nunca has estado dentro del edificio: piso de mármol blanco y negro a cuadros, escalera majestuosa y más características del periodo Art Decó de las que puedas imaginar. Es simplemente impresionante, una pieza de elegancia atemporal que te sacará una sonrisa. Hay un ascensor con personal, completo con sofá, para llevarte rápidamente a tu amplia habitación o suite donde encontrarás aún más glorioso diseño art decó, aunque no habrá dos iguales. Los muebles han sido cuidadosamente seleccionados para reflejar el tema con accesorios de iluminación de cromo, cabeceros de madera y divinas cómodas con incrustaciones de madera; incluso las alfombras complementan el estilo. Los baños son de mármol con bañeras profundas y duchas a ras de suelo, además de artículos de tocador de cortesía hechos por Cowshed para Claridge's (jabón delicadamente perfumado con un claro aroma a tiempos pasados), y toallas con monograma. Pero Claridge's no es solo un lugar para pasar la noche... hay mucho aquí para deleitarte antes de pensar en subir. Hay dos bares, ambos llenos de ambiente, pero uno para noches más tranquilas (el fumoir que solía ser donde los hombres desaparecían para fumar puros) y el más animado Claridge's Bar (advertencia: ¡puede que tengas que esperar por una mesa!). Luego está el lugar para cenar. Los epicúreos querrán dirigirse al Fera en Claridges con estrella Michelin: todo se centra en los mejores ingredientes de temporada que capturan la esencia de la naturaleza. La otra opción es la Sala de Lectura donde el énfasis está en una alta cocina más relajada, pero igualmente deliciosa. Como cabría esperar, la carta de vinos es excepcional y los decantadores en la Sala de Lectura no desentonarían en una galería elegante. El té de la tarde es simplemente una institución aquí, y si tienes tiempo es absolutamente imprescindible. Para una ocasión especial, o de hecho una habitación en una de las mejores ubicaciones de Londres, Claridge's no tiene rival. Es una icónica gran dama, que parece mejorar con la edad, y no es difícil ver por qué este lugar es amado por celebridades y dignatarios de todo el mundo que no se alojarían en ningún otro lugar. ¡Si tuviéramos cuentas bancarias sin fondo, nosotros tampoco lo haríamos!

Sarah Empson