Mo House

Nuestras reseñas

Escondida detrás de una pesada puerta antigua en una calle adoquinada, Mo House es una sorpresa romántica. La fotógrafa local, Rita Olazabal, rescató el edificio cuando estaba casi en ruinas — las fotografías enmarcadas dan testimonio de ello — y su meticulosa restauración ha sido un trabajo de amor. Su triunfo ha sido mantener las características del siglo XVII — vigas de madera, la balaustrada calada de la escalera, finos trabajos de yeso, puertas y ventanas con marcos de piedra, las contraventanas originales — pero añadir su propio estilo distintivo. Hay enormes lámparas llamativas, cojines de colores vibrantes, libros, curiosidades, suelos pintados cubiertos de alfombras y cuadros por todas partes — fotografías, pinturas y grabados — dispuestos con arte en las paredes.

Algunas de las nueve preciosas habitaciones tienen vistas panorámicas sobre los tejados rojo-naranja de la ciudad hasta el reluciente río Duero. Varias pueden alojar a familias. Todas tienen una sensación de amplitud, un televisor de pantalla plana y una pequeña cocina (con placa, microondas y cafetera), útil para alguna noche ocasional en casa. Sofás y exquisitas sábanas blancas como la nieve hacen que las habitaciones se sientan extra especiales.

No te saltes el desayuno en la íntima sala clara con vigas, que conduce a una luminosa extensión de invernadero: el café es bueno y los pasteles locales son imperdibles. Después de un largo día de verano de turismo, el jardín con terraza es el lugar perfecto para relajarse con una copa de vino del Duero.

El personal es siempre amable y servicial, y muy acertado con sus recomendaciones locales. No solo hay una gran selección de restaurantes y bares de tapas cerca, sino que los principales lugares de interés y el río están a solo un paseo.

Leonie Glass