Villa des Orangers

Nuestras reseñas

Al llegar a La Villa des Orangers, podrías pensar que te has equivocado de lugar. Pero esto es Marrakech, y todas las mejores cosas parecen revelarse detrás de antiguas puertas de madera. Una vez que hayas visto la elegante placa de latón con el nombre y mirado por el corredor de entrada, comenzarás a ver que te espera un verdadero placer.

Más allá del pequeño área de recepción se encuentra un hermoso patio interior (el primero de muchos) con una fuente central que suena suavemente de fondo. Luego comienza la diversión; recorriendo este laberinto de propiedad lleno de maravillosos rincones y recovecos que tienen sillas de cuero, sofás cómodos, hermosos objetos y llamativas lámparas, perfectos para pasar días perezosos (y cuando hace frío, una acogedora chimenea te dará la bienvenida también). La propiedad en sí data de la década de 1930, aunque podrías pensar que es mucho más antigua debido a los impresionantes interiores; piensa en techos intrincados, carpintería auténtica y hermosos paneles de madera. Se convirtió de riad/hogar a hotel de lujo en 1998 y ha mantenido su alto nivel desde entonces.

Las habitaciones y suites continúan con el tema de la elegancia relajada y discreta con un estilo clásico pero moderno. Cada una está diseñada individualmente, pero todas están bellamente equipadas y vienen con enormes baños de mármol con lavabos para él y para ella, y tanto ducha como bañera grande. Algunas tienen patio privado o terraza, y otras se abren directamente a uno de los muchos patios; algunas tienen chimenea para encender en días fríos. En el exterior, hay tres piscinas climatizadas, una en la azotea, una fabulosa piscina de 16 m para nadar y otra más pequeña en un patio escondido (esta es una opción privada si reservas el riad, una unidad de dos dormitorios que puede alojar hasta cinco personas y es ideal para grupos familiares, aunque se puede reservar por habitación).

La Villa des Orangers tiene más que solo el alojamiento para presumir. Su restaurante es fácilmente uno de los mejores de la ciudad y atrae a comensales tanto de los que se alojan aquí como de no residentes. La cocina es magnífica; una buena mezcla de platos marroquíes y comida de estilo europeo más tradicional, pero todo ejecutado con un aplomo impresionante, y el entorno de cenar alrededor de la piscina principal no podría ser más romántico.

El último toque de lujo aquí es el Nuxe Spa, un espacio indulgente con salas de tratamiento y un hammam para el máximo mimo.

Lo más importante, el personal es excelente; ¡este lugar funciona como una máquina muy bien engrasada! Son invariablemente serviciales y atentos, pero al mismo tiempo, se deslizan sin esfuerzo para dejarte en tus ensoñaciones en este impresionante oasis tranquilo. Si quieres visitar esta frenética ciudad, pero tener un refugio sofisticado y elegante al que regresar al final del día, ¡no puedo recomendar La Villa Des Orangers lo suficiente!

Sarah Empson