Bad Kleinkirchheim es un pueblo balneario y estación de deportes de invierno en Carintia, Austria. El pueblo ha sido llamado 'la cuna de la cultura del spa' - su primera mención registrada fue en 1177. Los mejores lugares para hospedarse en Bad Kleinkirchheim son ideales tanto para esquiadores como para aquellos que buscan un descanso reparador.
La atracción inicial del pueblo era la cripta bajo la Capilla Kathrein Kirchlein, que albergaba el primer manantial termal (dedicado a Santa Catalina). Esto atrajo peregrinos de todas partes, ya que el agua del manantial Augenquelle era conocida por sus propiedades antiinflamatorias. En el siglo XVII se descubrió un segundo manantial, lo que incrementó las visitas.
Bad Kleinkirchheim se convirtió en un destino de spa muy popular desde mediados del siglo XIX y sigue siéndolo hasta el día de hoy. En 2005 se inauguró el Thermal Romerbad - con 13 saunas - un spa de vanguardia diseñado por el arquitecto Gunter Behnisch (famoso por el estadio de Múnich), que no te puedes perder.
Aparte de las aguas curativas, Bad Kleinkirchheim ha crecido desde la década de 1950 como una popular estación de esquí. Franz Klammer ganó aquí su primer descenso de la Copa de Europa en 1971, y ha sido sede de muchos eventos del circuito de la Copa del Mundo desde entonces. Ahora hay más de 100 kilómetros de pistas para disfrutar, con recorridos para todos, desde principiantes hasta expertos.
Los mejores lugares para hospedarse en Bad Kleinkirchheim están especialmente ocupados durante los meses de invierno pico. Así que si quieres asegurarte una habitación, organízate y reserva con anticipación.
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Bad Kleinkirchheim
Un hotel de 4 estrellas ideal para familias con fácil acceso a los telesillas. Habitaciones luminosas y aireadas con tonos neutros y grandes ventanales. Comida saludable servida en el restaurante siguiendo los principios de Slow Food. Un spa indulgente para la relajación después de las actividades. Una excelente opción para vacaciones familiares activas.
Bad Kleinkirchheim
Un hotel y resort indulgente con impresionantes vistas a la montaña. Habitaciones amplias y bien equipadas con ventanas de piso a techo. Varios restaurantes gourmet, incluyendo uno de bienestar y otro panorámico. Un espléndido spa y piscinas termales, además de una abundancia de actividades al aire libre. Una estancia de lujo.