Ubicado ligeramente hacia el interior de la costa norte de Tenerife, Icod de los Vinos es conocido por su increíble cocina tradicional. Un encantador pueblito, es una base ideal para aquellos que buscan relajarse en una parte más tranquila de la isla. Los amantes de la gastronomía estarán encantados con la oportunidad de saborear platos regionales, algunos de los cuales se sirven en los mejores lugares para hospedarse en Icod de los Vinos. Sencillos pero elegantes, estos pequeños hoteles también son atractivamente asequibles.
Antiguamente famoso por sus vinos y azúcar, Icod de los Vinos tiene lazos agrícolas de larga data. El pueblo sigue rodeado de espacios verdes, y las visitas a las granjas cercanas son altamente recomendadas. Las catas de vino en el Museo de Malvasía son imperdibles, al igual que las visitas para ver el famoso drago milenario o la Casa del Plátano. Salga del pueblo para seguir los pintorescos senderos de caminata, senderismo y ciclismo de montaña que cruzan el interior de Tenerife, o para descubrir el Parque Nacional del Teide.
Reconstruido extensamente después de ser parcialmente destruido por un incendio en 1798, el pueblo es ideal para recorrer a pie. Pasee por su centro histórico para ver la Iglesia de San Marcos, el Convento de San Francisco y las dos plazas principales: Lorenzo Cáceres y la Pila. Elija un lugar para tomar un café y un pastel canario, o disfrute de ricos guisos de conejo con vino tinto local en las cálidas noches. ¡Hable con los equipos de los mejores lugares para hospedarse en Icod de los Vinos para obtener recomendaciones de restaurantes!
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Icod de Los Vinos (Icod de los Vinos)
Un encantador hotel pequeño ubicado en el corazón del casco histórico de Icod de los Vinos. Con solo ocho habitaciones decoradas tradicionalmente, las mejores de ellas dan al patio central. Una base auténtica para explorar la isla.
Icod de Los Vinos
Un hotel con carácter del siglo XVIII, muy diferente de los típicos resorts sin alma de Tenerife. Las habitaciones están decoradas con interiores a medida, camas antiguas y obras de arte de buen gusto. La sala de piano y el encantador restaurante irradian un innegable sentido de glamour del viejo mundo. Un lugar de patrimonio e historia.