Grand Hotel Toplice

Nuestras reseñas

El hotel más antiguo en el Lago Bled es ciertamente grandioso y tiene vistas fabulosas sobre el agua. Los huéspedes pueden nadar en el lago desde la playa privada del hotel o darse un chapuzón en la piscina termal cubierta alimentada por los manantiales termales del pueblo, de la cual el agua se drena y se reemplaza cada noche. El restaurante y el centro de bienestar son de alto nivel, pero carecen del refinamiento de un hotel de cinco estrellas en el centro de Europa. Las habitaciones que dan al lago tienen contraventanas de madera en las ventanas y terrazas con balaustradas de piedra que compensan la decoración algo anticuada y sin alma de sus interiores. Las salas de té con vistas al lago son un lugar maravilloso para sentarse por la tarde y disfrutar de un ritmo de vida más tranquilo. Perfecto para un viaje relajante a un lugar hermoso, este encantador hotel no se adapta a los viajeros en busca de diseños modernos y artilugios.

HG Staff Writer