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Hay una elegancia atemporal en este impresionante hotel ferroviario victoriano, ahora parte de la marca Tribute Portfolio de Starwood. Detrás de la fachada italianizante, las habitaciones se dividen en tres categorías, todas en elegantes tonos de Farrow & Ball: Couchette, un homenaje juguetón a los viejos vagones cama de tren; el discreto Wainscot, con paneles de nogal, ubicado en los aleros, y Cubitt, el más grande, con techos altos y ventanas de guillotina. Al final de cada amplio pasillo, pequeñas despensas ofrecen pasteles caseros de cortesía, golosinas retro (Tunnock’s Tea Cakes, Jelly Babies, etc.), máquinas Nespresso y periódicos. El Wi-Fi ultrarrápido y una amplia selección de películas también son gratuitos. Los seductores bancos curvos y la dramática iluminación colgante hacen del célebre restaurante Plum + Spilt Milk un destino, que sirve una inventiva cocina británica moderna con platos más pequeños disponibles en el animado GNH Bar. O prueba el KIOSK, que da al vestíbulo occidental de King’s Cross y sirve abundantes pilas de carne asada caliente que son bien recibidas por los viajeros y trabajadores de oficinas locales. En todo el hotel, el diseño y la calidad son clave: los intrincados detalles de época se mezclan con muebles a medida, baños de estilo vintage de Lefroy Brooks y una envidiable colección de arte moderno. Todo a bordo.
Estilo Urbano
Cerca de la vida nocturna
Compras de Diseñador
Museos
Lujo
Gastronomía
Romántico
Aire acondicionado
Lujo de 5*
Hotel de Negocios
Restaurante
Habitaciones
91 habitaciones en este hotelNo se permiten mascotas
Sala de Reuniones
Bar
Centro de Negocios
Wifi
Aire acondicionado
Conserjería
Servicio de habitaciones
Restaurante
Cerca de la vida nocturna
Compras de Diseñador
Teatro
Museos
Publicado originalmente por Forbes
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