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Rodeado de olivos y ubicado en un tranquilo jardín escénico, no puedes evitar sentirte relajado al contemplar esta encantadora casa de campo cubierta de vides. Las habitaciones tienen un ambiente rústico con techos abovedados y vigas de madera expuestas. Muebles antiguos y arte sardo adornan esta vivienda aislada. Hamacas y zonas de descanso alrededor del terreno son perfectas para desconectar e inmersarte en un libro. Los propietarios Fabrizio y Angelica tienen un buen conocimiento local si deseas explorar o disfrutar del restaurante del hotel, que sirve jabalí y vino local de Cerdeña.
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Arriving at this ivy-draped hotel buried within a thickly wooded valley is like stumbling on a precious secret. It was the Sardinian home of the late Fabrizio De André, one of Italy’s most loved troubadours, and today offers discreet luxury and total repose in a stunning setting.
Publicado originalmente por The Telegraph
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