Un encantador pueblo costero en la épica Great Ocean Road, Lorne ha estado encantando a los viajeros por más de un siglo. Famosa por sus playas de arena blanca, su ambiente artístico y su proximidad a abundantes actividades al aire libre, este es un lugar ideal para parejas, amigos o familias ansiosas por explorar esta parte fascinante de Victoria. Nuestra selección de los mejores lugares para alojarse en Lorne es una verdadera joya, también, con anfitriones amigables que prometen una cálida bienvenida australiana.
La Great Ocean Road está salpicada de lugares para surfear, ubicados frente a acantilados escarpados o calas arenosas. Cuando estés en Lorne, la mayoría de los surfistas se congregan en Main Beach o en el Point — puedes alquilar tablas en el pueblo y hablar con otros surfistas sobre dónde encontrar las mejores olas del día. Las playas de Lorne también son encantadoras para largos paseos, tomar el sol y construir castillos de arena. Aventúrate más a lo largo de la costa para ver los icónicos Doce Apóstoles y otros puntos de referencia de la Great Ocean Road en una excursión de un día, incluso si no estás recorriendo toda la ruta.
Para conocer la región, visita el Great Ocean Road Heritage Centre, donde exhibiciones informativas detallan el rico y complejo pasado del área. Los golfistas entusiastas pueden jugar una ronda en el campo de nueve hoyos del Lorne Country Club, mientras que los excursionistas adorarán los paisajes del Parque Nacional Otway. Las Cascadas de Cora Lynn o las Cataratas de Erskine son excelentes para caminatas escénicas, donde también puedes esperar vislumbrar aves endémicas raras. Finalmente, regresa al pueblo para disfrutar de productos de temporada en restaurantes relajados, o para descansar frente a la chimenea en uno de los mejores lugares para alojarse en Lorne.
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Lorne (Victoria)
Un encantador B&B de cuatro habitaciones con interiores cautivadores. Creado con esmero por dos amables propietarios, este pequeño refugio ofrece habitaciones espaciosas con paredes encaladas, acogedoras chimeneas, terrazas privadas y grandes bañeras. Las vistas al mar desde la suite son magníficas, al igual que los generosos desayunos en la terraza. Un retiro romántico.