Con una reputación bien merecida como uno de los pueblos más hermosos de España, Albarracín es un destino fabuloso para los aficionados al patrimonio o los románticos que desean simplemente relajarse en un entorno impresionante. Situado sobre una curva del Río Guadalaviar, este pueblo de colina de tonos rosados ofrece una intrigante mezcla de arquitectura morisca y medieval española y un pasado fascinante. Esto se refleja también en los mejores lugares para alojarse en Albarracín, que son íntimos, con carácter y están situados cerca de los principales atractivos del pueblo.
Antigua capital del Reino Taifa musulmán, Albarracín está lleno de fascinantes monumentos históricos. Las ruinas de un alcázar se asientan en un acantilado con vistas al casco antiguo, un laberinto de calles empedradas y retorcidas, donde antiguas casas con balcones de madera sobresalientes compiten por espacio. Sube hasta las imponentes Murallas de Albarracín en la colina vecina, coronadas por la Torre del Andador del siglo X, y no te pierdas la oportunidad de maravillarte con la Catedral del Salvador del siglo XVI mientras estés en el pueblo. Gradualmente restaurado del casi abandono en los últimos 60 años, este tiene que ser uno de los pueblos más mágicos de España.
Aventúrate en el campo de la región de la Comarca de la Sierra de Albarracín en Aragón para fantásticas caminatas, escaladas y oportunidades de boulder. Prueba montar a caballo y andar en bicicleta, o pesca en frescos arroyos de montaña. Los bosques de pinos y colinas de arenisca del Parque Natural de los Pinares de Rodeno son gloriosos. Este es un verdadero tesoro como destino; al igual que los mejores lugares para alojarse en Albarracín.
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Albarracín (Albarracín)
Pequeño hotel situado bajo las murallas del castillo de Albarracín. Explora la ciudad amurallada y regresa a esta casa histórica cuidadosamente renovada con un encantador jardín donde relajarse. Cada habitación tiene su propia decoración española distintiva y ofrece vistas impresionantes.
Albarracín (Teruel)
Mansión restaurada que una vez perteneció a la iglesia de Santiago convertida en un pequeño hotel. Abundantes características originales, incluyendo vigas de madera expuestas y suelos de azulejos. Restaurante que sirve cocina regional tradicional. Excelentes vistas del pueblo en la cima de la colina.