Le St James

Nuestras reseñas

Los conocedores de buenos vinos, alta gastronomía y atrevida arquitectura moderna adoran Le Saint-James, ubicado sobre Burdeos en la ribera este del Garona. Este es un hotel que puede ser un oasis de felicidad, o una base excelente para ir de compras y hacer turismo en Burdeos o explorar algunos de los grandes viñedos del mundo. Y no es de extrañar. Esta es la hotelería francesa en su máxima expresión: el tipo de servicio discretamente atento que Francia hace tan bien, alta gastronomía combinada con la informalidad de una brasserie, y una carta de vinos para morirse, todo en un entorno precioso. Para una comida menos formal, el propio bistró del hotel, Café L'esperance, está a un corto paseo de distancia, en la tranquila calle principal de Bouliac. Le Saint-James está en las afueras del bonito Bouliac, que parece estar en el corazón remoto del Dordoña pero está a solo diez minutos del centro de Burdeos. Por la noche, hay una vista impresionante de la ciudad reluciente a través de las ventanas del suelo al techo del restaurante con estrella Michelin, donde el menú está influenciado por el terruño de Aquitania y la carta de vinos presenta, junto a los grandes nombres de Burdeos, el propio Vin du Jardin del hotel, de su viñedo de cuatro hectáreas. Afuera, junto al viñedo y rodeada de arbustos floridos, hay una enorme piscina negra de estilo – climatizada, para que puedas nadar sin importar el tiempo. Las habitaciones son ingeniosamente peculiares con toques como sofás cómodos en forma de manoplas de béisbol gigantes. Las paredes exteriores son principalmente de vidrio, por lo que las habitaciones son deliciosamente luminosas. El triple acristalamiento y las persianas automáticas garantizan un buen descanso nocturno. Las ventajas en la habitación incluyen lujosos albornoces y artículos de tocador Eau d'orange verte, y es una agradable sorpresa encontrar que las bebidas sin alcohol y la cerveza del minibar no cuestan más que en un café local. En cuanto a la arquitectura: los pabellones de acero oxidado de Jean Nouvel, inspirados en los antiguos graneros de tabaco de Burdeos, provocarían aullidos de protesta en los Cotswolds. Aquí, están catalogados por el ministerio de cultura como parte del patrimonio del siglo XX de Francia.

Robin Gauldie