Market Street Hotel

Nuestras reseñas

A una manzana (con una pendiente pronunciada) al norte de la Royal Mile, el Market Street Hotel no podría estar mejor ubicado para ir de compras y hacer turismo, y al final de un día ajetreado, es un refugio acogedor y elegante. A través de una fachada que algunos podrían llamar atrevidamente brutalista en estilo (es una construcción nueva en un terreno baldío que estuvo vacío durante medio siglo, así que pueden salirse con la suya sin demasiada indignación en Edimburgo), entras en un vestíbulo de conserjería a nivel de calle (con personal las 24 horas) para ser llevado por ascensor a la recepción en el séptimo piso para una cálida bienvenida con una copa de champán. El mostrador de registro comparte un espacio luminoso y abierto en forma de L con Nor' Loft, el elegante café-salón-bar de champán del hotel, donde se sirve un desayuno a la carta, té de la tarde y platos pequeños, y una mesa de champán ofrece más de 20 etiquetas de prestigio (¡aquí no hay prosecco!), 11 de ellas por copa. Las ventanas del suelo al techo ofrecen vistas a los Jardines de Princes Street y al icónico Monumento a Scott, una vista compartida por algunas, pero no todas, las habitaciones. Las habitaciones tienen un distintivo aire de fusión escandinava-escocesa, con suelos de efecto madera pulida, paredes iluminadas por paneles de verde vivo y pizarra sobria, y toques de tartanes modernos en los textiles. Las habitaciones son notablemente más grandes que la mayoría de las dobles estándar en Edimburgo. En la mayoría, los baños de mármol han sido diseñados como elegantes antesalas (de modo que incluso las dobles estándar se sienten más como suites) y cuentan con duchas de lluvia. Algunas también tienen bañeras, y todas tienen artículos de tocador veganos de Votary. Las batas y pantuflas suaves (en un atractivo azul real para variar) están incluidas como estándar. La estación Waverley está a un minuto a pie, los tranvías al aeropuerto y las compras en George Street están a cinco minutos. Caminar desde el Market Street Hotel hasta el Castillo de Edimburgo por la Royal Mile lleva menos de 10 minutos.

Robin Gauldie